viernes, 1 de mayo de 2020

Nota breve sobre José Rufino de Olaso por Juan Cordón y Antonio Zorrilla(Vizcaya)


 La culminación moral de la vida de José Rufino de Olaso pudo ser cuando el Papa San Pío X le concedió el título de marqués de Olaso, pero no fui así.

En ocasión de declarar Patrimonio Histórico de la Provincia de Buenos Aires a las ex instalaciones de la estancia “San Salvador del Valle”, propiedad de la familia Olaso (Ley Provincial N° 10050), el Equipo de Cultura del Municipio de Trapagaran, antes conocido como “San Salvador del Valle” o “El Valle”, integrado por Juan Cordón y Antonio Zorrilla, enviaron una “Nota breve sobre José Rufino de Olaso”, que fue leída en el acto de apertura del Ciclo Lectivo 2018 en la Escuela N° 15.
La nota, explica con las palabras de sus compatriotas, la importancia de José Rufino Olaso en su pueblo de nacimiento, más cumpliéndose ese año el Centenario del fallecimiento del marqués que fue alcalde y benefactor de la pequeña aldea que ya tiene la misma cantidad de habitantes que General Alvear.
La nota dice así:


         Valle de Trápaga/Trapagarán 4 de marzo de 2018
         Un saludo:
          Recibimos la invitación de Lis para escribir una nota y ser leída en el acto de Iniciación de Clases 2018 ahí. Sin tiempo apenas de hacerlo muy elaborado, me permito con el beneplácito de nuestro Alcalde Xabier Cuellar y demás compañeros plasmar en pocas líneas lo que sirva para manifestar a esa comunidad educativa y autoridades y, por extensión, a toda la municipalidad de General Alvear la admiración y cariño desde este pueblo de Vizcaya donde nació la persona que fundó la estancia que lleva el nombre de éste que, por azares de la política, ha sido cambiado por el de Valle de Trápaga/Trapagaran.
          Somos un equipo que por afición y respeto a nuestro entorno, por lo presente y pasado estamos tratando de recopilar las historias del “San Salvador del Valle” de aquí, en la provincia de Vizcaya de la Comunidad Autónoma del País Vasco y ahora nos afanamos por investigar y difundir la vida y andanzas del Marqués Don José Rufino Olaso en este su pueblo, del que fue alcalde, así como de todos los lugares en que hizo notar su presencia.
        Su labor por tierras argentinas es innecesario recordárosla por la profunda huella que dejó por ahí; a este respecto nos admira y alegra enormemente la tarea que estáis haciendo por preservar y difundir su legado hasta el punto de declararlo Patrimonio Histórico Cultural de la Provincia de Buenos Aires; felicitación a todos los que han intervenido, algunos luchado, para conseguirlo y también a la gente que va a poderlo disfrutar, en este caso particular, usándose para la labor educativa, que es la mayor inversión.
        No podemos prescindir de nuestro pasado material o inmaterial y os animamos desde aquí a seguir en la tarea de recuperación y mantenimiento de lo bueno que hiciera Don José Rufino y descendientes con la ayuda de tantísima gente de toda clase con la que contó en momentos tan duros en que vivieron.
        Nos gustaría poder estar presentes en este momento pero os recordaremos cuando aquí sean aproximadamente las 8 de la tarde, cuestión de huso horario, de lunes, buen día para empezar todo lo que uno se proponga y por esos lares los hay, estamos seguros.

        Saludos cordialísimos desde este nuestro “San Salvador del Valle”, también algo de todos vosotros.
      Xabier Cuellar, Alcalde
      Juan Luis Bilbao
      Juan Cordón
      Antonio Zorrilla
Juan Cordón, el alcalde Xavier Cuéllar Cuadra y don Fernando de Olaso, último dueño de la estancia "San Salvador del Valle" (en el centro de campera marrón), en Madrid, 2017.

NOTA BREVE SOBRE JOSÉ RUFINO DE OLASO

 José Rufino de Olaso y Lapuente nació en San Salvador del Valle el día 10 de julio de 1839 y María Dolores Máxima de Madaria y Olabarrieta nació en la Ciudad de Orduña el 18 de noviembre de 1850.
Se casaron en el Santuario de Nuestra Señora  La Antigua,  de Orduña. Fruto de su matrimonio nacería  Luis de Olaso y Madaria en la ciudad de Orduña en noviembre ese año
 La culminación moral de la vida de José Rufino de Olaso pudo ser cuando El Papa San Pío X le concedió el título de marqués de Olaso el día 15 de enero de 1914. El título era hereditario para el primer hijo varón, si lo hubiese-, siempre que fuese su primer apellido el de Olaso y fuese católico y vivir como tal.
Este hecho tan clarificador sobre la faceta religiosa y de creyente de José Rufino de Olaso puede dejar en segundo lugar los méritos de la obra que se extendió tanto en Argentina como en Bizkaia y Sevilla. En esta capital, su labor fue continuada por su hijo Luis.
José Rufino, bastante joven siguió el señuelo de su hermano Julián cuando marchó a Argentina.
Cuando volvió de este país debió venir con las ideas bien claras para cambiar la fisonomía del barrio donde había nacido, La Escontrilla, engrandecerlo, darle postín, pues desde el caserío de sus padres ubicado en una suave ladera del Valle se divisaba un gran panorama.
Su idea fue transformar aquel entorno concejil a expensas de él y parte de su familia. Construyó el palacio que se conoce como de Olaso, que hoy es la Casa de Cultura del Valle de Trápaga. Para realizar su proyecto, sugirió al Ayuntamiento el derribo de la primitiva iglesia, la escuela de la Fundación Ramón Durañona (que fue construida a expensas de otro emigrado a Argentina) y la vieja Casa del Concejo para que el nuevo solar resultante fuese la plaza del Concejo.
 Con el tiempo siguió con sus inquietudes. Hizo un nuevo ayuntamiento y una nueva escuela, más un cementerio. Puede parecer paradójico, pero José Rufino de Olaso,  adornando aquella plaza que antiguamente era el campo de la parroquia, construyó una iglesia, dos escuelas, ayuntamientos y un cementerio. Exceptuando la iglesia, que se inauguró en 1936, el resto de edificios  se levantaron  en menos de treinta años.
Además llevó a cabo junto a su hermano Julián el encargo Ramón de Durañona, un reloj que presidiese el campanil de la antigua iglesia.
 Pero si esto es, a grandes rasgos, lo que José Rufino  de Olaso hizo en su pueblo de San Salvador del Valle, la gran riqueza que generó en Argentina iba a dar fruto tanto cultural como urbano y religioso con sus relaciones personales en la Villa de Bilbao.
Se instaló en la capital de Bizkaia donde tuvo una intensa vida cultural y comercial domiciliado en la céntrica plaza Circular, enfrente de la Estación del Ferrocarril del Norte. En cuanto a sus hitos culturales se destacan la ayuda que prestó al bardo José María Iparraguirre, o la suscripción para ayudar al insigne literato encartado Antonio de Trueba, ayuda que al final fue dedicada para colocar una estatua en la céntrica plaza bilbaína de Albia, obra en bronce del escultor Benlliure, muy cerca de donde reposan los resto el poeta conocido como “Antón el de los Cantares” dentro de la iglesia de San Vicente Mártir de Abando. Tuvo gran amistad con el pintor Uranga, al que encargó algunos frescos sobre temas de la mitología vasca.


El Palacio del Marqués de Olaso es
un extraordinario edificio de principios del siglo XX
en el 
barrio de Neguri, Getxo. 

Su relación con Argentina, no sólo de él sino también de su hermano Julián, quedó plasmada en el cargo que ambos ostentaron para representar a este país, el primero como vicecónsul y el segundo como cónsul de la Argentina en Bilbao.
En este período de sus vidas organizaron que la fragata de la Armada Argentina “Sarmiento” recalara en el puerto de Bilbao durante el mes de junio de 1902 en aquel viaje que hizo por las costas europeas. Fue un acontecimiento para el Bilbao de aquella época. Los marinos argentinos fueron invitados a numerosos actos y a visitas a lugares emblemáticos de Bizkaia e incluso, parte de la tripulación viajó a la capital de España, Madrid.
Pero el acto más emotivo de esta visita de marinos argentinos a la Villa de Bilbao y por gestiones de los hermanos Olaso, fue el cambio de nombre de la calle que hoy es una de las principales arterias de la capital de Bizkaia: la antigua calle “Sierra” y durante la estancia de los marinos de la Sarmiento, fue cambiada por el nombre de Buenos Aires, no sólo como homenaje a los ilustres visitantes de aquella Armada sino como síntoma de hermandad y de las buenas relaciones con la capital de Argentina.
Este nombre aun persiste y la calle discurre entre la Ría, junto al Ayuntamiento de la Villa, hasta la plaza Circular en la que vivían  entonces Julián y José Rufino de Olaso.
Pero hubo otras cosas. Trajo a Bilbao a los primeros miembros de la Compañía de los Padres Agustinos, para los que cedió una solar para la construcción de la iglesia de San José, en cuya cripta reposan los restos de José Rufino y los de su esposa, además de miembros de otras familias que ayudaron a levantar esa iglesia.
Otra obra que demuestra su amor por Argentina y el mundo latinoamericano fue el proyecto del Museo Ibero Americano para el que cedió terrenos junto a la ribera de la ría. Sin embargo, este proyecto no fructificó.
En cuanto a su obra en Sevilla, en el municipio de Puebla del Río, en plena marisma del río Guadalquivir,  José Rufino de Olaso compró unos terrenos marismeños con una hacienda o cortijo en el lugar de Isla Mínima. Si bien él la puso en marcha fue su hijo Luis, segundo marqués de Olaso, quien desarrolló el proyecto de su padre. Pero esto es otra historia.
En cuanto a la Ciudad de Orduña, donde nació su esposa y su hijo y contrajo matrimonio, la familia Madaria-Olavarrieta tenía mucha raigambre. Pero aquí, también está reflejada la impronta  sentimental  que perseguía José Rufino de Olaso. Compró un palacio a otra familia de abolengo como la suya, que pasó a denominarse de Olaso, nombre que aún hoy perdura.


José Rufino de Olaso está enterrado en la Iglesia "San José" de Bilbao 
en la que colaboró en la compra de los terrenos. 

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