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lunes, 13 de abril de 2020

Despertar de sueños dormidos


Escuela N° 15 recién pintada por personal e internos de la Unidad N° 14 
del Servicio Penitenciario Bonaerense. 2018.

Comenzaba el Ciclo Lectivo 2018… Nuevos alumnos, viejos alumnos con nuevas miradas, mismas autoridades con más experiencia, nuevas Autoridades con renovados Proyectos y expectativas. En la Escuela 15, era todo bien diferente. Las paredes limpias, las cornisas rasqueteadas y las canaletas abiertas de la escuela seguramente lo debían sentir: es que a partir del 29 de noviembre de 2017, la Escuela, junto a las demás instalaciones de la ex estancia del marqués de Olaso tenía una Ley propia que la cuidaba y un montón de voluntades que la resguardaba; una escuela que se veía con aires nuevos pero que había nacido 150 años antes gracias a la voluntad e iniciativa de la familia Olaso.

EL ESFUERZO DE LOS OLASO POR ASEGURAR EDUCACIÓN

A veces, es difícil explicar y entender como una familia de la talla de los Olaso vino y permaneció en General Alvear hasta hace 60 años, presentes en el Pueblo Esperanza, hoy General Alvear allá por 1855 cuando se hizo la primera adjudicación de los solares..
En 1875, José Rufino Olaso funda el establecimiento “San Salvador del Valle”… Casi un pueblito de campaña: panadería, herrería, talleres, carpintería, cabañas, caballerizas, montureros, puestos, tambo, y una escuela que funcionaba en el mismo Castillo, delante de los montureros, donde ahora justamente están las aulas de los internos de la Unidad N° 14 del Servicio Penitenciario, institución que funciona en ese lugar siendo las maestras, las hijas de los puesteros o administradores que tenían cierto grado de instrucción. A un costadito, estaba el patio con juegos armados por la propia marquesa que daba catecismo una vez a la semana.

Luis de Olaso y Madaria, II Marqués de Olaso
 quién hace construir la escuela actual. Circa 1935.
LA ESCUELA CON EDIFICIO PROPIO

Luis de Olaso y Madaria, único hijo de José Rufino, hace construir el edificio actual en 1934 y como cuenta Joaquín Artola, él comienza a ir a la escuela en 1938 cuando “todo era nuevito”. La Sra. Amanda Pellisero escribe en el Historial de la Escuela que “en solemne acto realizado por la Señorita Begoña Olaso”, ella coloca el primer ladrillo de la construcción que terminaría en 1939 el Sr. Marconi. Toda la construcción y las maestras hasta el año 1957 fueron pagadas por la familia Olaso.
La función de la escuela era muy amplia: en verano se transformaba en Colonia de Vacaciones con alumnos del Colegio de Franciscanos de Buenos Aires, la congregación Jesuita de San Agustín. Durante las semanas de las Misiones, el padre Luis Rodríguez legalizaba uniones, bautizaba, se hacían las primeras comuniones, las confirmaciones y por supuesto, las Misas en la Capilla donde se reunía toda la gente de los alrededores.

LA ESCUELA RECONOCIDA OFICIALMENTE POR LA PROVINCIA

En 1957, uno de los hijos de Luis, II marqués de Olaso, Fernando y su madre la marquesa Carmen Villar, le encargan a su administrador, el Sr. Jorge Ormaechea que, junto a su esposa Marta Tagliani, realicen los trámites para que la escuela sea acreditada dentro de la Educación Oficial y así fue que la escuela N° 15 se crea en 1957 con una matrícula de 22 alumnos.
A partir de ahí, y ante las amenazas de expropiación, se retiran precipitadamente los puesteros con sus hijos haciendo fluctuar peligrosamente la matrícula pero, al formarse la Colonia San Salvador del Valle, llegan los Colonos con sus hijos que nuevamente llenan las aulas.

LA ESCUELA DE LA COLONIA “SAN SALVADOR DEL VALLE”

Imposible describir 60 años más… Cientos de anécdotas de los hijos de los colonos constantemente llenan las páginas de Facebook y las reuniones de amigos y una pequeñita escuelita, con una arquitectura española bellísima, es capaz de provocar destellos, hacer brillar los ojos y despertar recuerdos dormidos.
Recuerdos de sueños y desencantos, pero seguramente con los mismos destellos que tenía el marqués de Olaso cuando vivía en estos lugares, destellos de grandeza en la humildad, destellos de hacer las cosas bien, de esfuerzos, de sacrificios y de la satisfacción del trabajo bien hecho reflejado en cada uno de los detalles de la Escuela podemos observar no sólo la belleza, sino también la fortaleza de construcción pensada para que dure para siempre; ladrillos de primera calidad, ventanas y rejas indestructibles, techos que aún no se llueven a pesar de los años….
En estas cosas no valen los intereses particulares o personales, y aunque parezca mentira, realmente el edificio despierta sentimientos dormidos, recuerdos, acciones cooperativas, altruistas, optimistas, destellos de luz que pueden mucho más que las malas ondas y que han logrado reunir muchas voluntades para limpiar el monte y la escuelita abandonada.

Personal del Servicio Penitenciario lavando las paredes. 2018.
LA ESCUELA PATRIMONIO HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES


El Honorable Concejo Deliberante de General Alvear, aprobó por unanimidad la ordenanza Nº 1755/12, donde se declara de Interés municipal la declaratoria de Patrimonio Histórico de la escuelita dentro del marco del proyecto Potenciar la Patria Chica. Cuatro años después, en 2016, y con la continuidad de las gestiones realizadas por la diputada Alejandra Lorden, las Cámaras aprueban la Ley y la escuela y demás instalaciones de la ex Estancia de Olaso forman parte del Patrimonio Histórico Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
La escuela ha demostrado que vale más que la intención de algunos, que está presente la voluntad conjunta de preservar y poner en valor un lugar representativo de 150 años de historia… Intenciones del Concejo Deliberante de General Alvear, de los Diputados y Senadores de la Provincia de Buenos Aires, de los vecinos alvearenses, del Consejo escolar, de las autoridades municipales, de los miembros de Cooperadora, del Personal docente y auxiliar, de los vecinos y colonos, de las Autoridades del Ministerio de Justicia y del Servicio Penitenciario que han puesto lo mejor de sí para que la escuela se vea como se merece.

DESPERTANDO SUEÑOS DORMIDOS

Luces de identidad, de respeto por el pasado y por las personas que trabajaron arduamente en esos espacios para que nosotros y nuestros hijos tengamos una vida de calidad, de expectativas logrables y por supuesto, con destellos de esperanza siempre renovados.
Martha Tagliani de Ormaechea, primera maestra de la escuela N° 15 en 2012. Buenos Aires.

Bibliografía:
-      Ordenanza Nº 1755/12 del Honorable Consejo Deliberante de General Alvear.
-      Solé, Lis.  Marqués de Olaso, estancia “San Salvador del Valle” Ediciones Del Margen. La Plata. 2012.


jueves, 2 de abril de 2020

EL INTA en las Colonias



Reunión de Escuelas en la Escuela N° 8. Circa 1959.
           
             Gente de campo, mujeres con pañuelo en la cabeza tal como se usaba en los años 60;  colonos reunidos para compartir, aprender, capacitarse y progresar.

            Dos Escuelas, dos Colonias. Dos Escuelas creadas con muy poca diferencia de años 1930 y 1935… Dos Colonias creadas con 30 años de diferencia: la Colonia “Fortín esperanza” en 1939, y la Colonia “San Salvador del Valle” en 1959… Grandes esperanzas en el campo argentino y en el desarrollo agrícola ganadero, con todas las miradas apuntando al campo.
            A solicitud de los integrantes de la Colonia “Fortín Esperanza”, se había creado la Escuela Pública N° 8 en campos fiscales y, en campos privados, la Escuela de Olaso.
            El 15 de Julio de 1959, con la creación de una nueva colonia, todo se modifica con la llegada de nuevos colonos que repueblan las escuelas notándose la necesidad de capacitación y asesoramiento agrícola ganadero.
            Es por eso que el 24 de mayo de 1960, la Sociedad Rural de General Alvear, la Cooperativa Agrícola y Ganadera “Fortín Esperanza”, el Centro de Comercio, Propiedad e Industria, la Filial de la Federación Agraria y los productores de la “Colonia Fortín Esperanza” firmaron un petitorio en el que manifestaban la necesidad de la creación de una Chacra Experimental, en la Estancia “San Salvador del Valle”.
            No obstante no concretarse tal aspiración, el 18 de enero de 1961, se instala en Alvear la Agencia de Extensión del INTA que fue creado en 1956. Sus siglas: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria; el fin: contribuir a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores rurales y sus familias; su objetivo: generar y transferir tecnología.
            Según sus estudios la resistencia a la adopción de las nuevas tecnologías estaba asociada a la edad de los productores. En 1960, circulaba la idea de que el cambio generacional produciría la tan esperada transformación tecnológica.
           
            EL “HOGAR RURAL” Y EL “CLUB DE LAS 4 A”

            Así, el INTA a través de un “Sistema de Extensión” con una estructura muy similar a la de los EEUU implementa en todo el país los programas de “Hogar Rural” Y “4 A”. El primero destinado a la familia de los productores con el fin de realizar capacitación integral y los Clubes 4 A, a los jóvenes de campo en un espacio de capacitación y de socialización. “CLUB 4 A”. (adiestramiento, acción, ayuda y amistad), era un lazo entre el INTA, los Colonos y la Escuela identificados con una bandera blanca con un trébol verde de cuatro hojas donde se veía una A.
            El jefe de esta agencia en Alvear era el Ing. Agr. Luis Izurieta, que estaba al frente desde la creación y quién además desempeñaba el cargo de Agente del Proyecto Balcarce de Desarrollo Ganadero. El Asesor Técnico es el Ing. Agr. Abel Grimoldi; Perito Agrónomo D. Juan Carlos Escande, asesor del Club de la 4 A en funciones también desde su creación, y el Auxiliar Administrativo, Oscar Aguer además de la asesora Clubes "Hogar Rural", la Srta. María Cristina Sturla.
            En General Alvear, el INTA originó un movimiento sorprendente que superó al de las ciudades vecinas. Si bien su accionar se extendía a otras escuelas del Distrito, las reuniones de las Colonias de las Escuelas N° 15 y N° 8 eran las que tenían mayor cantidad de asistentes.  La labor, se realizaba en forma particular y personal en su oficina de la calle Mitre pero fue más extensiva y multiplicadora en las Escuelas, llegando a los alumnos y sus familias.

TALLERES ORGANIZADOS POR EL INTA

En los Talleres que se hacían en ese espacio se capacitaban a los alumnos en distintos oficios y actividades sociales. El Club unía a los productores y fortalecía lazos no sólo entre los Colonos de “Fortín Esperanza” y los de “San Salvador del Valle” sino que se extendía a los vecinos y, en determinadas fechas, se invitaban a otras escuelas en Jornadas de Intercambio e Integración, participando en carreras de embolsados, de cuchara con huevo, o los populares Concursos de Barriletes que había que construir de caña y papel y después hacerlos volar…
            En el 75° Aniversario de la Escuela N° 8, la ex Directora Doris Yaconis declaró, refiriéndose tanto al “Club 4 A” como al Club “Hogar Rural”, que la Escuela era un centro donde se irradiaba cultura, donde se aprendía a cocinar, decorar, criar pollos para transformarlos en doble pechuga, podar árboles, hacer injertos de plantas y flores, corte confección o labores.
            En ese momento, la educación y los objetivos políticos tenían la mira hacia el campo, hacia lo rural. Todos los años se hacían encuentros donde el tema era inminentemente agrícola ganadero; investigaciones sobre los cereales y las razas animales, características de la tierra, riego, cosechas, cultivos, desarrollando los alumnos ponencias sobre la cría de cerdos, ovejas o las características de cada uno de los cereales.

EL ESTUDIO DE LOS CEREALES Y LAS RAZAS ANIMALES

            A cada Escuela se le asignaba un cereal y una raza animal sobre la que debía investigar y exponer. Entre las escuelas, se competía para ver quién era el que se presentaba mejor siendo generalmente los más destacados y preparados, los alumnos de la Escuela de Cirio, de “Los Mellizos” con los maestros Otonello. No había que confundir Shorton, Aberdeen Angus, Holando o Hereford, tampoco las razas ovinas y menos a los cereales.
            En el Registro de Inspección de la Escuela N°8 consta que en abril del ’63 ya el INTA había establecido en ese lugar el “Hogar Rural” y el “Club de las 4 A”. En ese momento las docentes eran Doris Yaconis de Solé y Marta Limongelli; la Inspectora: Celina Sivitto de López. 
            El 20 de septiembre del ese año, la misma inspectora escribía en el Folio 19 bis que la Asociación INTA realizaba en la Escuela 8 y en la comunidad circundante una obra realmente admirable ya que había formado la Comisión del Hogar y organizado el “Club de las 4 A”. La Inspectora describe maravillada la eficacia de su acción destacando la enseñanza de labores diversas a un grupo de señoras que pasaban a la vez momentos amables de sociedad mientras que el asesor Juan Carlos Escande conversaba con los varones sobre temas relativos al campo.

LA INTEGRACIÓN DE LAS DOS COLONIAS

En todos los aspectos de la labor realizada como funciones de cine, charlas sobre temas prácticos, torneos interescolares de fútbol, competencias de juegos de destreza, actuación de peñas folklóricas integradas por ex alumnos bajo la dirección de la escuela o actos patrióticos, se contaba con una amplia y total participación de la comunidad.
A fin de estimular y desarrollar el espíritu de comunitario se realizaban encuestas, visitas a los hogares y reuniones cinematográficas con películas de carácter documental, instructivas y cómicas, trabajo conjunto de la Escuela N° 15 y su Directora Amanda Norma Pellisero.


Reunión de colonos frente al Hangar de la estancia "San Salvador del Valle". Circa 1966.
LOS VIAJES A LA ESTACIÓN DE INTA DE BALCARCE

En febrero de 1968 se realizó un campamento mixto de 16 días de duración en Miramar en el que participó la directora de la escuela y algunos padres de los campamentistas. Josefa Capra recuerda con nostalgia esos viajes con el INTA a San Pedro y a la estación Experimental de Balcarce, donde veía “maravillas”, se encontraban con gente de otras Colonias e intercambiaban saberes finalizando los encuentros con grandes asados de camaradería.
            Cristina Sturla hizo un trabajo extraordinario en la Escuela N° 8: enseñaba a cocinar, a despostar pollos para hacerlos rellenos… Cada semana llevaban junto con ellos, en un Jeep celeste con el logo de INTA al lado de una bandera argentina, a alguna persona especialista en algo para enseñar a los vecinos. Un día se hacían baños de repostería; otro, tortas comunes. Todo se preparaba primero en la Escuela y después se cocinaba en la cocina de la casa de la maestra Doris Yaconis, ahí mismo en la Escuela.

LOS RECUERDOS DE LAS MAMÁS DE LA COLONIA

            Magdalena Pérez de Zappacosta contaba de los talleres donde hacían flores de migas de pan mojadas en leche y de esa vez que habían dejado las flores para secar en los alféizares de las ventanas de la Escuela y los pajaritos se robaron todo. También había costureras para enseñar a hacer cuellos y mangas de camisa que practicaban en la máquina Singer de Doris Yaconis. Las costureras maestras que iban con Cristina Sturla se dedicaban a enseñar cada día una cosa diferente, un detalle específico: Por ej.: cuellos de camisa, fruncir una tela, a sacar hilos para cortar, lugares de donde salieron grandes costureras como las hermanas Restagno. Los capacitadores eran de oficios diferentes; una vez “Tina” como le decían familiarmente, llevó una planchadora y ese día sólo se plancharon camisas.
            En otra oportunidad fue la mamá de Mary Ramos de Bautista, la esposa del zapatero; otra vez, aprendieron a hacer flores de papel, o en la cocina hacían milanesas de pechuga…
            Los vecinos iban de las 4 a las 6 de la tarde, casi todos a caballo o en sulky a un taller semanal diferente con autorización de la Inspectora y del Consejo Escolar. Los chicos grandes se iban a las casas y los más chicos se quedaban en la Escuela hasta que las mamás terminaban siendo más de veinte los sulkys que rodeaban la Escuela N°8.

DESAPARICIÓN DE LOS PROGRAMAS DEL INTA

            Por distintos motivos estos programas desaparecieron, entre ellos por la migración de la población rural a los pueblos y el cierre de muchas escuelas rurales. Éste no fue el caso de las escuelas N° 15 y 8 de las dos Colonias alvearenses, pero la Matrícula fue disminuyendo considerablemente, así como las limitaciones presupuestarias de los Gobiernos que provocaron finalmente la desactivación del INTA en General Alvear.
            El INTA fue el centro de un gran movimiento social y cultural donde intervinieron las Escuelas y las Colonias en un momento que fue único en General Alvear. Días y años de colonos y experiencias compartidas.
            Esos momentos brillantes y de tantos proyectos que de solo pensarlos, sorprenden.

Audiovisual con el grupo de las "Cuatro A" con la presentación
del asesor Juan Carlos Escande.


-       Agradecimientos:

 Nota basada en los recuerdos y anécdotas de Magdalena Pérez de Zappacosta, la Negra Josefa Capra y su familia, Licha e Isolina Restagno, Tina Sturla de Chiurazzi, familiares de Juan Carlos Escande, Rodolfo Solé, Amanda Pellisero, Doris Yaconis de Solé y los Registros de Inspección de las Escuelas N° 8 y 15.