![]() |
Josesito Solé junto a su avión. |
Un
aeroclub no es la idea de unos pocos locos en el aire. Es la idea de muchos que
a través de ellos sienten la sensación de que se puede volar como los pájaros,
cruzar distancias, mirar desde lo alto, ver tierra desde arriba como si fuera
un dibujo de chicos. Sensación indescriptible de unos pocos, seguro, pero de
unos pocos admirados por todos.
General
Alvear también tuvo de esos “locos del aire” materializados en el “Aeroclub
Fortín Esperanza” fundado el 19 de mayo de 1956 y sus primeros pilotos
recibidos fueron Ferrari, Raúl Sivero y Alberto Solé, aviadores que hicieron el
Curso en el Aeroclub de Saladillo en el año 1954. El “Macha” Machiarolli,
piloto e instructor de Saladillo, recuerda que cuando él tenía 15 años en el
año 1956, venía con el instructor Billinger a Alvear y como no podía volar con
tan poca edad ni ingresar hasta que no tuviera 17 años, acompañaba a Billinger
a todos los pueblos. El vuelo a Alvear era en un avión Piper PA 11 que todavía
está en el Aeroclub de Saladillo, vuelo de unos 25 minutos con la navegación
del instructor y el entusiasmo de Machiarolli que “le volaba arriba y a la
vuelta mientras el piloto descansaba”.
PRIMERA
COMISIÓN DEL AEROCLUB GENERAL ALVEAR
El
primer avión que tuvo Alvear fue una Aercoupé comprado en sociedad entre Raúl
Sivero y "el petiso" Alberto Solé. Al principio también estaba
Ferrari, un hombre conocido como “El Capitán”, apodo originado porque tenía
unos bigotes muy grandes como los del Capitán Garfio de Peter Pan. En el año 56
o 57 fallece Ferrari, -un “hombre muy aeronáutico” que tenía un campo hacia
donde iba en el avión conducido por Machiarolli-, pero siguen en el aire Raúl
Sivero y Alberto Solé quienes transmiten su entusiasmo por volar a otros
cuantos, fundándose así el Aeroclub de Alvear en 1956.
La
Comisión estaba integrada por Norberto Migliori como Presidente; Dionisio
Lafuente como Vicepresidente; Armando Sivero y Benigno Martínez como
secretarios junto a los vocales Alberto Solé, Santiago Edgell, Raúl Sivero,
Pedro Nomdedeu, Daniel Lafuente, Felipe Carlomagno y los revisores de cuentas
Raúl Cúcaro, Miguel Ángel Escande y Horacio Canessa.
Con
cariño y respeto, un montón de locos en el cielo de General Alvear.
EL
SIEMPRE RECORDADO INSTRUCTOR: EL ALEMÁN BILLINGER
Con
Aeroclub formado, vuelve el alemán Billinger como instructor: petiso y de
hablar atravesado como buen alemán de Hamburgo, era calentón pero también muy
divertido. Cuando llegaba a Alvear, sobrevolaba el pueblo llamando a los gritos
a “los estudiantes” en vuelo rasante por encima de las casas y en un mal
castellano pronunciando los apellidos Antomarioni, Solé y demás amigos.
En el
año 1958, se hace una fiesta en el Aeroclub de Saladillo con los egresados de
ese año: Tortorici, Mario Simonetti, Héctor Solé y José Antomarioni son los
recién recibidos pilotos alvearenses.
José Antomarioni recibiendo su brevet (título o diploma) de piloto de manos del instructor Billinger en 1958. |
BUSCANDO
UN LUGAR PROPIO
El
10 de julio de 1958, llega el Gobernador de la provincia Oscar Alende a General
Alvear, en avión, y ese día se realiza una sesión especial en el Concejo
Deliberante local donde la Comisión Directiva del Aeroclub solicita una chacra
para construir una pista de aterrizaje, moción a la que responde el Gobernador
aconsejando que se eleve al Concejo una nota para que se estudiara el lugar a
expropiar llevando el petitorio al Poder Ejecutivo, el Dr. Bernardino Althabe.
El
2 de septiembre de 1959, una nota proveniente del Intendente y su secretaria
Isabel Llantada de Márquez, entra al Concejo solicitando al entonces Presidente
del Concejo Deliberante Armando Sivero, la autorización para ceder a título
precario por el término de diez años, las instalaciones en desuso del Matadero
Municipal para utilizarlas como hangar.
Sin
fundamentos, la moción se niega solicitando la justificación que se vuelve a
presentar el 11 de septiembre firmada por el presidente el Aeroclub don José
Nomdedeu y secretario Raúl Sivero solicitando que se dispusiera el instrumento
legal que correspondiese para la cesión a título de precario, de las
instalaciones de galpones del ex matadero pero aclaraba que “los escasos
recursos con los que se desenvuelve esta sociedad dificultan la importante función
a que está destinada, por lo que confiamos en vuestro amplio eco como medio
conducente al logro de nuestros fines”.
La
petición pasa entonces a Obras Públicas pero no llegan a ningún arreglo aunque
de hecho, el ex Matadero se siguió usando como hangar, con la pista bien
marcada y la manga roja y blanca gorda de vientos.
LAS
ANDANZAS DE LOS HERMANOS SOLÉ
Y
el Aeroclub sigue adelante. José Antomarioni en sociedad con Leguizamón, Raúl
Sivero y Héctor Solé compran otro avión con el que recorren la provincia
llevando gente y mercaderías. Héctor con su hermano Juan Antonio como copiloto
buscan novias en otros lares, van hasta Mendoza con brújula, reglas y cartas de
navegación en mano a puro coraje y juventud. Muchos clientes de Sivero y
Compañía vienen a la Feria en avión así que cuando se oían llegar los aviones,
Armando Sivero iba en auto a buscarlos a la pista del aeródromo para llevarlos
hasta la Feria.
La
audacia de Alberto Solé parecía no tener límites, tenía otro avión y con el
motor a fondo subía en el cielo para bajar en un revoleo de alas y hélices,
haciendo vuelos rasantes por el pueblo entre gritos y exclamaciones de asombro
y temor. Antomarioni “se escapaba” sin aviso hasta la Colonia de Olaso dejando
al instructor Billinger rojo de rabia. En realidad, era época de aviones y ellos
recorrían las chacras y bajaban en caminos o campos, casi como si se pudiera
hacer todo.
LOS
VIAJES A SALADILLO
Muchos
viajaron a Saladillo a hacer el Curso, o iban de acompañante hasta allá para
cargar combustible porque en Alvear no había. “Cacho”Tortorici, Mario
Simonetti, Martín “el Rana” Leguizamón y José Antomarioni fueron aviadores
alvearenses que se juntaban con los de Saladillo: Irineo López, Juan Carlos
Fernández, “Pancho” Francisco Burdieu de la estación La Barrancosa, la Sra. de
Maingard, Ugartamendia, Olivier Maingard un francés que venía de Buenos Aires y
que tenía una estancia en “San Pedro”; Eliseo Castilla que se recibió en
Saladillo pero era de 25 de Mayo, Juan Delrieu, Juan Carlos Greco, Jorge y
Pedro Greco que era el presidente del Club de Saladillo; Arturo Delrieu, hijo
de Pedro y también francés y tantos otros egresados de cada año.
VOLAR CON ALAS PRESTADAS
En
el año 58, el “Macha” Machiarolli recuerda al inspector Carlos Ledimir Sticoti
que tomaba los exámenes, Inspector Nacional de la Aviación Civil, actual ANAC.
Tiempo
de fumigadores y desbandadas de pájaros que alzaban vuelo peligrosamente, pozos
de aire detrás de los montes, neblinas y vientos amortiguados por días de
cielos celestes y brillantes y a los gritos con el piloto mirando esto o
aquello, descubriendo cada día el paisaje.
En
1968, el Aeroclub subsistía. Otros se habían acercado al Club: Bernardino
Althabe, Horacio Gabrielloni, Norberto Leiva, Indalecio trigo, José Derqui
Cullaciatti, Elías Marcos, Luis Alejandro Cellillo padre, Raúl Soria, Norberto
Migliori, Santiago Edgell, los hermanos Monti y tantos otros que la memoria no
recuerda pero siguen volando por los cielos con alas prestadas.
En
1969, todavía Alvear tenía su Aeroclub pero poco a poco, los vuelos cada vez
fueron menos. Se acabaron “los vuelos de bautismo”, vuelos de aviones chicos
donde se pueden mirar los campos de colores, los autos diminutos y las líneas
de los caminos. Vuelos donde se puede jugar a ser pájaros por un rato, casi con
la mente en blanco o con la adrenalina en la mano, entre el cielo y la tierra,
por donde se quiera, con el estómago en la garganta y siendo, desde arriba o
mirando desde abajo, un pájaro con alas prestadas.

Martín “el Rana” Leguizamón; Juan Carlos Fernández (S.); Irineo López (S); Héctor Solé; Ugartamendia (el Viejo de atrás); “Pancho” Francisco Burdieu (de la estación La Barrancosa); Olivier Maingard (un francés que venía de Buenos Aires y que tenía una estancia en “San Pedro”; Eliseo Castilla que se recibió en Saladillo pero era de 25 de Mayo, es el de bigotes; la Sra. de Maingard parada en el centro, Juan Delrieu, también francés (S.); el inspector Carlos Ledimir Sticoti que era Inspector Nacional de la Aviación Civil, actual ANAC; atrás de bigotes José Antomarioni; Jorge Billinger, el instructor; Pedro Gieco, presidente del Club de Saladillo; Arturo Delrieu, hijo de Pedro; Mario Simonetti, padre; el anteúltimo de bigotes atrás es un fotógrafo; “Cacho” Tortorici de bigotes. Los “recibidos” de la foto son Tortorici, Simonetti, la Sra. de Mangard, Bordier, Héctor Solé, Irineo López, Juan Carlos Fernández y José Antomarioni. Los chicos que se ven en la foto son Jorge Greco, Juan Carlos Greco y uno de los hijos de López (Foto gentileza Raquel Antomarioni.
Agradecimientos:
“Macha” Machiarolli, piloto e instructor del Aeroclub de Saladillo, Raquel Ezeiza de Antomarioni y Oscar Solé.
“Macha” Machiarolli, piloto e instructor del Aeroclub de Saladillo, Raquel Ezeiza de Antomarioni y Oscar Solé.