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lunes, 13 de abril de 2020

La familia Jurado en los inicios de General Alvear

"Malón", boceto de Emiliano Labourdette y Lis Solé. Fuente: Libro: "José Portugués" de Lis Solé.

          Hay familias que trascienden lo familiar por su acción comunitaria e intenciones fundadoras que se proyectaron mucho más allá del día a día pueblerino y que fueron importantísimas en la fundación de los pueblos.

EL POR QUÉ DEL NOMBRE DE LA ESCUELA N°3 “MARÍA J. DE GÁNDARA”

            Tal es el caso de la familia JURADO, apellido desconocido para las nuevas generaciones que aparece en algunos descendientes, en los mapas o en el nombre de una Escuela alvearense pero sin conocer su origen como es el nombre de la Escuela N° 3 que se encuentra en el Cuartel VII del Paraje "La Garita" de General Alvear que lleva el nombre de “María Jurado de Gándara”, propietaria en ese entonces de la estancia “El Altillo” y que donó una hectárea de campo para su construcción, en 1957.  
Escuela N° 3 "María J. de Gándara. General Alvear.

            Pero la historia de los Jurado va mucho más allá del nombre de una escuela y se remonta al tiempo del fortín Esperanza y del Partido de General Alvear.





LLEGADA DE LOS JURADO A GENERAL ALVEAR

            Llegan a estas pampas por el año 1832, a campos sin árboles con lagunas, espadañas, arroyos y pajonales. Tierras donde nadie quería vivir sin comodidades ni sombra, en lugares donde solo vivían las tribus de los pueblos originarios pero de a poco, empezaron a llegar estos hombres intrépidos que comenzaron a instalarse en postas, con alguna pulpería, en chacras o estancias.
            El sistema habitual era ocupar el campo en calidad de arrendatario, introducir mejoras, y ya cumplidos los requisitos de colonización y población requeridos por el Estado, solicitar su compra.
            Así llegaron provenientes de Mendoza los primeros Jurado: Isidro (1795- 1839) y su hermano José María Jurado García (nacido en 1803). Como muchos de los pioneros de la frontera bonaerense, Isidro Jurado comenzó con una tropa de carretas que llegaba hasta Tandil, abrió un almacén de Ramos Generales en Tapalqué y con las carretas llevaba mercaderías desde Buenos Aires hasta Las Flores, Tapalqué y Azul pasando por esta tierra que aún no se llamaba General Alvear comerciando frutos del país por los artículos que traía desde Buenos Aires como yerba, sal, azúcar, tejidos, bebidas, herramientas, etc.

ESTANCIA “LAS TRES FLORES” BALUARTE EN TAPALQUÉ EN ÉPOCAS DE MALONES

            Ya dueños de fortuna, Isidro y José María Jurado se instalan en la estancia “Las Tres Flores”, estancia fortín que fue refugio del Pueblo y del Cantón de Tapalqué en situaciones de malones y ataques indios. En esa época la línea de frontera natural con el indio era el Río Salado pero estos pioneros aventureros afrontaron los malones que se multiplicaron a partir de la caída de Rosas.
El 11 de febrero de 1853 siendo Isidro Jurado el Juez de Tapalqué, le escribía a Eugenio del Busto diciéndole que luego de la batalla de San Gregorio librada por los indios de esta localidad le habían sido devueltas 2500 cabezas de ganado robadas por la indiada de Catriel y Yanquenecul. Sin embargo, relataba que los indios aún tenían vacas y terneros que decían que eran de ellos por eso Jurado decía que había que verificar las marcas para certificar la propiedad.
En 1853, ante la inestabilidad de la campaña por los continuos saqueos indígenas, los Jurado se reúnen con José Portugués y otros estancieros para solicitar al Gobierno la construcción del Fortín Esperanza.
Los malones eran constantes en estas tierras así que después de uno de ellos, el cantón y el pueblo de Tapalqué se refugiaron en la estancia “Las Tres Flores” de los Jurado, desde 1855 hasta 1863, como consecuencia de la destrucción e incendio del pueblo en manos de los indios.

JOSÉ MARÍA JURADO, JUEZ Y HACENDADO DE TAPALQUÉ

José María Jurado. Presidente de la Sociedad Rural Argentina.
Fuente: Centenario de la Sociedad Rural Argentina. Foto gentileza Gregorio Palomeque


           A la muerte de don Isidro Jurado, sin hijos, las dos leguas cuadradas de sus campos fueron fraccionadas entre ocho familiares del mismo apellido entre ellos su sobrino y administrador, José María Jurado Rocamora que anexando más tierras a su heredad fundó y reconstruyó la estancia “El Retiro” que actualmente, después de la nueva delimitación de los partidos se encuentra en Pardo, partido de Tapalqué.
José María Jurado, abuelo de María (1870-1958), la del nombre de la escuela N° 3, levanta el casco de esta estancia “Las Dos Hermanas” ubicada al sur del ejido de General Alvear, participa activamente en la creación del fortín y Pueblo Esperanza y fue por tres veces no consecutivas Fundador y Presidente de la Sociedad Rural Argentina.
José María Jurado Rocamora nació el 8 de enero de 1832 (muere el 05/02/1888) y se radica en Buenos Aires. Después de haber terminado sus estudios con medalla de oro en el prestigioso colegio Larroque comenzó abogacía, carrera que abandonó para dedicarse al campo, estableciéndose como administrador en los campos de su tío Isidro con solo 19 años. Se casó con María Francisca Obligado, conocida en la familia como “Missia Panchita”, hija de Pastor Obligado, el Gobernador de la Provincia que firmó el decreto de Creación del Fortín Esperanza.
En 1853, José María Jurado Rocamora, con 22 años, encaró la defensa de la estancia “El Retiro” con solo 20 personas ante un malón de no menos de 250 lanceros indios que felizmente cambiaron de rumbo. Sin embargo, ya había tenido muchos enfrentamientos anteriores.
Esta parte de la frontera, estaba ubicada entre el Fortín Mulitas hoy 25 de Mayo (fundado el 25/5/1831) y el cantón de Tapalqué (fundado en 11/1831), era una zona de gran inestabilidad así que José María Jurado, junto con José Portugués por Las Flores, y Nicasio Gómez y Dionisio Pereyra en representación de Saladillo, solicitan el 10 de diciembre de 1853 la creación de un Fortín, gestión aprobada por decreto el 29 de diciembre del mismo año, siendo ellos los miembros de la Primera Comisión Municipal.

ISIDRO Y JOSÉ MARÍA JURADO, FUNDADORES DEL FORTÍN “ESPERANZA”

En 1855, José María Jurado con otros estancieros, y tal como lo cuenta en su carta de 1881 de puño y letra y dirigida al Juez de Paz de General Alvear, cuatro comisionados encabezados por José Portugués dieron principio a hacer los fosos y edificar los cuarteles en febrero de 1854, acompañados de un piquete de artillería, realizando todo a sus expensas tal cual lo habían prometido al Gobierno.
En la carta, resume que en 1856 se encomendó la traza del pueblo que ellos habían solicitado por el Ingeniero Militar D Arboug, y que la Comisión encargada de la formación del Pueblo estaba compuesta por Isidro Jurado como Presidente, José Portugués y el comandante militar del fuerte, don Juan Agustín Noguera.
La presencia de Isidro y José María son constantes en los inicios del Pueblo. Isidro es adjudicatario en la primera repartición de chacras del Pueblo Esperanza, según nota firmada por el Comandante Juan Agustín Noguera del 28 de agosto de 1856 donde se le concedía según la foja N° 3 del Libro de Registro, el solar N° 34 del Pueblo Esperanza, los lotes 1, 2, 3 y 4 y las Quintas N° 5 y 6 al sud.

LOS JURADO EN LA CREACIÓN DE LA IGLESIA “SAN JOSÉ”

En una carta que se encuentra en la Casa de la Cultura “Melitón Ruiz”, José María Jurado cuenta que Noguera solicitó al Gobernador Pastor Obligado el dinero para la construcción de una Iglesia. Isidro Jurado como Presidente de la Comisión, recibe 10.000 pesos y le encomienda a su sobrino Pablo Jurado que lo depositara en el Banco de la Provincia de Buenos Aires pero, con la situación azarosa del país, se disolvió esa primera Comisión del Pueblo Esperanza y se postergó la construcción de la iglesia. En 1870, 14 años después, José María Jurado encuentra la libreta con el dinero que había ascendido a 21.636 pesos y lo deposita a su nombre.
En 1880, fecha de la carta, José María Jurado notifica que la suma ascendía ya 34.000 pesos advirtiendo a la Municipalidad que ese dinero estaba a su disposición pero “no hasta dar principio a los trabajos de construcción”, fundamentando esta petición en todo lo realizado y hecho en pro de la creación del Fortín y el Pueblo de General Alvear.

LOS JURADO EN BUENOS AIRES

En Buenos Aires, según el Censo de 1869, José María Jurado Rocamora de 38 años tenía su domicilio en la calle Esmeralda N° 210 donde vivía junto a su esposa María Francisca Obligado, de 26 años con sus hijos José Antonio, Nemesia y María Telésfora que es quién se casa con Alfredo Melitón Gándara, la señora que dona el terreno para la Escuela N°3 de "La Garita".
Para relacionar a esta familia con el status actual, podemos ver que según escritura N°242 realizada por el escribano Etchegaray de La Plata, el 17/09/1895 se realiza la división de condominio de la estancia “Las Dos Hermanas” de 8.500 hectáreas cuyas propietarias eran María Francisca Zelmira Jurado casada con Carlos Rojo y la Sra. María Telésfora Sixta Jurado casada el 18/11/1893 con el Dr. Alfredo Melitón Gándara. De esta última, es lo que surge hoy en día la estancia “El Altillo” actual y que a raíz de las sucesivas divisiones por sucesiones se ha ido reduciendo y, en algunos casos, vendiendo a personas fuera de la familia como ocurre en innumerables situaciones.
María Jurado de Gándara, quién donó el predio para la construcción de la escuela del Paraje La Garita, era nieta de José María Jurado, miembros de una familia que participó activamente en la historia de Tapalqué y General Alvear, habitando sus campos en tiempos difíciles y sirviéndose de sus conexiones para contribuir a su progreso, estancieros que fueron el “subsuelo histórico” tan poco difundido y reconocido en la historia de la provincia de Buenos Aires a pesar de ser el “fundamento económico y social” de la identidad bonaerense y argentina.

Esta nota fue redactada con la colaboración y aportes de Alfredo Gándara y publicada en el libro del 150° Aniversario del Partido de General Alvear.


"Campos de Alvear". Fuente: "José Portugués", Lis Solé.


Bibliografía:

  • -      Archivo de la Dirección General de Geodesia, Catastro y Tierras del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, pág.367, Pdo de Tapalqué. La Plata 1945.
  • -       Capdevila, Ramón Rafael. Tapalqué en la historia. Azul. 1963.
  • -      El arcón de la historia Argentina. Cronología Histórica Argentina (1492-1930).
  • -      Gándara, Alberto. La familia de Jurado en los orígenes de los Partidos de Tapalqué y General Alvear. Revista del Centenario de General Alvear. 1969.
  • -      Guzmán, Yuyú. La estancia colonial rioplatense. Editorial Claridad S.A. 2011.
  • -      Jurado, Alicia. Leguas de polvo y sueño. Editorial. Losada SA. Buenos Aires. 1964.
  • -       Lagos, Guillermo H. “Jurado y familias relacionadas; Obligado y Lynch”. Córdoba. República Argentina. 2003.
  • -       Puigdomenech, Jorge Alberto; Thill, José Pedro. Guardias, fuertes y fortines de la Frontera Sur. Historia, antecedentes y ubicación catastral. Tomo 1 y 2. Servicio Histórico del Ejército Argentino. Buenos Aires. 2003.
  • -      Solé, Lis. “Pueblo Esperanza, hoy General Alvear”. Diario El Tiempo. 01/09/2018.
  • Una estancia de viejo estilo en la que soplan aires de inspiración. Diario La Nación. Sección Economía. Campo, Septiembre de 2004.

domingo, 22 de marzo de 2020

Colonia "El Fortín" de General Alvear, hoy Colonia "Fortín Esperanza"


Colonia “El Fortín” de General Alvear 1939. Foto gentileza del Sr. “Monchi” Porta y Sra.

UNA FOTO HISTÓRICA

    Cuando aparece una imagen como esta es difícil sustraerse al encanto. No hace mucho andaba por el pueblo buscando una foto de la Colonia San Salvador del Valle y así llegué a ésta. La recibí casi con desilusión porque no era lo que yo esperaba. ¡No conocía a nadie! Pero debajo se leía “Colonia El Fortín G. Alvear 1939”, así que supuse que eran colonos de la Colonia Fortín Esperanza, de mi Colonia, donde yo nací.

    No coincidía el nombre porque se leía bien claramente “Colonia El Fortín” pero supuse que quizás el fotógrafo apurado y falto de espacio podría haberlo omitido. Al otro día, fui a visitar a mi vecina Polola Martínez de Wallace quién reconoció inmediatamente a su papá Victoriano Martínez adjudicado con el lote N° 10 en 1939.

A TRATAR DE IDENTIFICAR PERSONAS…

    Así que salí a recorrer otras vecinas de la Colonia: Magdalena Pérez de Zappacosta (Lote 3 D), Isolina Restagno de Pérez (Lote 3 C) y la “Negra” Capra (Lote 7) todas hijas de Colonos que me ayudaron a identificar a sus padres y demás personas de la imagen. De izquierda a derecha se ven a Eusebio Balda, Luis Marano, Pedro Capra, Eduardo Capra, Fausto Quincoces, Fermín Qüin, Manuel Pacho, José Balda, Juan Sararols… Arriba alto se ve a Isidro Martínez, adelante, Nazareno Mengarelli, Domingo Sivero, Avelino Gómez (el “Portugués), Mingo Sivero, Victoriano Martínez; el que tiene el acordeón en la mano es el Sr. Bavio, el administrador de la Colonia y representante del Instituto Autárquico de Colonización; al lado, Luis Restagno; de camisa blanca Ramón Balda; al lado de la guitarra: Bernardino Rípodas y el primero de la derecha es Víctor Merino… Igual, hay unas cuantas personas que no pudimos identificar.

LA PLACA DE LA PLAZA PRINCIPAL

    ¡Cuántas fechas que se pierden! ¡Qué importante el revisionismo histórico que modifica constantemente lo que se considera verdad! Y la verdad es que la colonia “Fortín Esperanza” no existe con ese nombre. Según consta en la placa recordatoria que se encuentra en la Plaza Principal de General Alvear, la colonia fue creada el 23 de octubre de 1938, colonización realizada sobre los campos de la estancia “La Paulina” de Luis de Urquiza que fueran declarados de Utilidad Pública en 1929, cuando se hizo la ampliación del ejido de Alvear. Allí, en un monolito sobre la calle San Martín, queda plasmado el homenaje a las Bodas de Oro de la Colonia Fortín Esperanza. Una placa pequeña de bronce me llamó mucho la atención; allí dice: “Los Colonos de San Salvador del Valle a la colonia Fortín Esperanza, su hermana mayor, en sus Bodas de Oro 1938-1988”. La palabra “hermana” es determinante de la identidad y pertenencia de los integrantes de ambas colonias.

    Es que no hay diferencias entre los colonos aunque provengan de diferentes lugares y tiempos: compartieron las mismas luchas, sacrificios, alegrías, inundaciones, sequías, épocas de abundancia y esperanza, pero también de desazón y escasez. La solidaridad y unión de la gente de campo siempre está presente, dispuesta para compartir bailes y reuniones, pero también enfermedades y épocas malas.

OTRA PLACA DEL INSTITUTO AUTÁRQUICO DE COLONIZACIÓN

    En otra placa se lee: “Ésta es la mejor prueba del éxito alcanzado con la acción del ex Instituto Autárquico de Colonización de la Provincia de Buenos Aires que en seis años fundó en distintos lugares de la provincia 16 colonias en 132.218 hectáreas. Cada una de ellas, como ésta, constituyen núcleos destacados de actividad y progreso. Es la mejor demostración del resultado de un ensayo lamentablemente desaprovechado. General Alvear. 1938- Octubre 23- 1988”.

    ¡Y cuántos significados pueden darse a esa palabra “lamentablemente” escrita en el bronce y en tantas generaciones de colonos! El mensaje con el que el Poder Ejecutivo acompañó al proyecto de Ley decía que era “un ensayo”, mensaje repetido por la comisión respectiva de la Cámara de Diputados y el Ministro de Obras Públicas. El Instituto proporcionó al proyecto todos los atributos de una empresa comercial autónoma con base dotal y quienes estuvieron en su creación, aseguran y tal como dice la placa de la Plaza General Alvear, que no se aprovechó ni mantuvo la experiencia a pesar de que fue catalogada como la “mejor obra de colonización que se conocía por la sencillez con que se había implantado y la economía con que funcionaba” (Ibarbia, 304).

¿CUÁNDO LA COLONIA “EL FORTÍN” PASÓ A LLAMARSE “FORTÍN ESPERANZA”?

    ¿Cuándo la Colonia “El Fortín” pasó a llamarse “Fortín Esperanza” para quedarse para siempre en el ideario popular? ¿Quizás la misma Esperanza de los vecinos de 1850 que promovieron la construcción del Fortín Esperanza pensando en un futuro de paz, trabajo y progreso? ¿Quizás haya sido la esperanza que tuvieron los primeros habitantes de General Alvear en 1855 cuando solicitaron la creación de un pueblo?

    La colonia fue creada más de 80 años después de la fundación del pueblo durante la gobernación del Gobernador Manuel A. Crespo perteneciente al Partido Conservador, siendo Intendente de General Alvear, el Comisionado Tomás E. Wallace. En el archivo de Geodesia, se encuentran tres volúmenes en donde se detallan las Obras Públicas realizadas en los “Cuatro años de Gobierno 1936-1940. Colonización. Dirección de tierras, agricultura, ganadería e industrias”.

EL MAPA DE LAS COLONIAS DEL MINISTRO FRESCO

El mapa de la Colonia “El Fortín” está fechado en 1° de febrero de 1939, fecha que no coincide con la del monolito ni tampoco con la Revista del Centenario de Alvear de 1969, que fija la creación de la Colonia en 1930 -cosa imposible porque el Instituto de Colonización recién fue creado en 1936 por Decreto N° 27 y por iniciativa del Ministro de Obras Públicas José María Bustillo-. La iniciativa contó con el entusiasta apoyo del Gobernador Fresco y sus ministros, el Dr. Roberto Noble (de Gobierno) y el Ministro de Hacienda César Ameghino, siendo sancionada por la Legislatura el 8 de septiembre de 1936 con la Ley N° 4418.

LAS TIERRAS EXPROPIADAS A URQUIZA

    Los colonos de la Colonia El Fortín, en general eran arrendatarios de las mismas tierras de Luis de Urquiza y Anchorena o provenían de otros lugares de General Alvear, Bolívar, Saladillo o 25 de Mayo. Eran en total 5.968 hectáreas subdividas en 37 lotes adjudicadas en un momento particularmente propicio porque el país acababa de superar penosamente la crisis del año 30 y el gobierno, tenía muchos inmuebles rurales de los que se había hecho cargo para cobrar sus créditos ya que los propietarios estaban agobiados por deudas hipotecarias.

    El Instituto de Colonización distribuyó lotes entre los interesados confeccionando planillas en las que se registraba, asignándoles puntajes, las condiciones a tener en cuenta respaldadas por una conducta intachable y moralidad acreditada, así como “capacidad de trabajo, condiciones para la administración y natural ambición y educación” (Ibarbia, 307), con la idea de trabajar no en una “economía de subsistencia” sino en un “economía de progreso”.

LAS CASAS DE LOS COLONOS: “UN RANCHO MEJORADO”

    El primer problema del Instituto fue el de la vivienda para las familias que habían de radicarse y para ello se propusieron planos con la idea de un “rancho mejorado” de ladrillo, revoques, instalación de agua corriente y de tres o cuatro ambientes con un mínimo dinero que incluía el alambrado perimetral, cantidad exigua que agudizó el ingenio del colono.

    El Instituto facilitó el proceso de modestos créditos “a la cosecha”, “a la esquila”, “o al destete” con los que los colonos y sus familias iban borrando sus carencias con mucho esfuerzo estando en medio el futuro, la salud y la educación de sus hijos siendo la escuela, una colaboradora insuperable que detectaba las falencias familiares.

FUERON 37 COLONOS ADJUDICADOS
Los 37 lotes fueron adjudicados en lotes muy desparejos: Lote 1 con 2 fracciones de 127 y 126 hectáreas: Félix Enrique Mathet; Antonio Gallo con el Lote 2 de 126 hectáreas; Lote 3 A, Nazareno Mengarelli (126 hectáreas); Lote 2 B: Fausto Quincoces (126 hectáreas); Lote 3 B: Claudio Sánchez, (42 hectáreas); Lote 3 C: Luis Restagno (42 hectáreas); Lote 3 D: Antonio Zappacosta (42 hectáreas); Lote 4: Pedro Sarratea (315 hectáreas); Lote 5: Luis Casale (315 hectáreas); Lote 6: Manuel Pérez (308 hectáreas); Lote 7: Pedro Capra (291 hectáreas); Lote 8 A: Nicolás Finamore (198 hectáreas); Lote 8 B: Antonio Cappelletti (198 hectáreas); Lote 9: Anselmo Merino (394 hectáreas); Lote 10: Victoriano Martínez (393 hectáreas; Lote 11 Isidro Martínez (384 hectáreas); Lote 12: Domingo Sivero (337 hectáreas; Lote 14: Juan José Gruccio (256 hectáreas); Lote 15: Manuel Pacho (254 hectáreas); Lote 16: Bernardino F. Rípodas (254 hectáreas) y Lote 17: En concurso de adjudicación (257 hectáreas).

NO ALCANZÓ LA TIERRA… Y SE FORMÓ LA “COLONIA CHICA”

     A partir del Lote 18 las chacras eran más chicas por las que se las conocía como “La Colonia Chica”. Los adjudicados eran: Lote 18: en concurso de adjudicación (50 hectáreas); Lote 19: Pedro Grosso (50 hectáreas); Lote 20: Bienvenido Vicente (50 hectáreas); Lote 21: José A. Balda (50 hectáreas; Lote 22: Avelino Gómez (50 hectáreas; Lote 23: Augusto Bosso (50 hectáreas); Lote 24: Quin (50 hectáreas; Lote 25: Ramón Balda (50 hectáreas); Lote 26: Reservado para la escuela y la administración, sede del administrador Bavio; a partir del Lote 27 de José Marano eran 65 hectáreas y no 50 por estar lindando con el arroyo Las Flores; Lote 28: Luis Marano (65 hectáreas; Lote 29: Eusebio Balda (68 hectáreas); Lote 30: Mauricio Grosso (92 hectáreas); Lote 31: Entique Raimundo; Lote 32: Francisco Sararols (102 hectáreas) y Lote 33: Vicente Morena de 106 hectáreas.

    Hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de estos primeros colonos pueblan General Alvear y hablan con cariño y respeto de sus mayores, de épocas distintas a la nuestra, con cargas dolorosas en muchos casos pero también con recuerdos que iluminan los ojos de los ancianos. Los valores, las leyes, las costumbres, el lenguaje, las anécdotas y recuerdos le dan sentido a la vida de cada una de las familias que formaron la Colonia Fortín Esperanza de General Alvear, familias que son partes y miembros de un grupo con gran identidad y pertenencia que influyeron decididamente en la historia del Pueblo.

 
Fuentes:
  • Obras Públicas de Geodesia. Volumen III Colonización, Dirección de Tierras, Agricultura, Ganadería e Industrias. Ferrocarril Provincial de Buenos Aires.
  • Gobernador Fresco. Cuatro años de Gobierno. Período 1936-1940- República Argentina. Provincia de Buenos Aires.
  • Ibarbia, Diego J. Instituto de colonización de la provincia de Buenos Aires, un ensayo no aprovechado. 1990. Recuperado de https://ancmyp.org.ar/user/CONTINUACION-ANALES/17_TOMO%20XIX.PDF