Gente de campo, mujeres con pañuelo
en la cabeza tal como se usaba en los años 60;
colonos reunidos para compartir, aprender, capacitarse y progresar.
Dos Escuelas, dos Colonias. Dos
Escuelas creadas con muy poca diferencia de años 1930 y 1935… Dos Colonias
creadas con 30 años de diferencia: la Colonia “Fortín esperanza” en 1939, y la
Colonia “San Salvador del Valle” en 1959… Grandes esperanzas en el campo
argentino y en el desarrollo agrícola ganadero, con todas las miradas apuntando
al campo.
A solicitud de los integrantes de la
Colonia “Fortín Esperanza”, se había creado la Escuela Pública N° 8 en campos
fiscales y, en campos privados, la Escuela de Olaso.
El 15 de Julio de 1959, con la
creación de una nueva colonia, todo se modifica con la llegada de nuevos colonos
que repueblan las escuelas notándose la necesidad de capacitación y
asesoramiento agrícola ganadero.
Es por eso que el 24 de mayo de
1960, la Sociedad Rural de General Alvear, la Cooperativa Agrícola y Ganadera
“Fortín Esperanza”, el Centro de Comercio, Propiedad e Industria, la Filial de
la Federación Agraria y los productores de la “Colonia Fortín Esperanza”
firmaron un petitorio en el que manifestaban la necesidad de la creación de una
Chacra Experimental, en la Estancia “San Salvador del Valle”.
No obstante no concretarse tal
aspiración, el 18 de enero de 1961, se instala en Alvear la Agencia de
Extensión del INTA que fue creado en 1956. Sus siglas: Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria; el fin: contribuir a mejorar las condiciones de vida
de los trabajadores rurales y sus familias; su objetivo: generar y transferir
tecnología.
Según sus estudios la resistencia a
la adopción de las nuevas tecnologías estaba asociada a la edad de los productores.
En 1960, circulaba la idea de que el cambio generacional produciría la tan
esperada transformación tecnológica.
EL
“HOGAR RURAL” Y EL “CLUB DE LAS 4 A”
Así, el INTA a través de un “Sistema
de Extensión” con una estructura muy similar a la de los EEUU implementa en
todo el país los programas de “Hogar Rural” Y “4 A”. El primero destinado a la
familia de los productores con el fin de realizar capacitación integral y los
Clubes 4 A, a los jóvenes de campo en un espacio de capacitación y de
socialización. “CLUB 4 A”. (adiestramiento, acción, ayuda y amistad), era un
lazo entre el INTA, los Colonos y la Escuela identificados con una bandera blanca
con un trébol verde de cuatro hojas donde se veía una A.
El jefe de esta agencia en Alvear era
el Ing. Agr. Luis Izurieta, que estaba al frente desde la creación y quién
además desempeñaba el cargo de Agente del Proyecto Balcarce de Desarrollo
Ganadero. El Asesor Técnico es el Ing. Agr. Abel Grimoldi; Perito Agrónomo D. Juan
Carlos Escande, asesor del Club de la 4 A en funciones también desde su
creación, y el Auxiliar Administrativo, Oscar Aguer además de la asesora Clubes
"Hogar Rural", la Srta. María Cristina Sturla.
En General Alvear, el INTA originó
un movimiento sorprendente que superó al de las ciudades vecinas. Si bien su
accionar se extendía a otras escuelas del Distrito, las reuniones de las
Colonias de las Escuelas N° 15 y N° 8 eran las que tenían mayor cantidad de
asistentes. La labor, se realizaba en
forma particular y personal en su oficina de la calle Mitre pero fue más extensiva
y multiplicadora en las Escuelas, llegando a los alumnos y sus familias.
TALLERES ORGANIZADOS POR EL INTA
En los
Talleres que se hacían en ese espacio se capacitaban a los alumnos en distintos
oficios y actividades sociales. El Club unía a los productores y fortalecía
lazos no sólo entre los Colonos de “Fortín Esperanza” y los de “San Salvador
del Valle” sino que se extendía a los vecinos y, en determinadas fechas, se
invitaban a otras escuelas en Jornadas de Intercambio e Integración,
participando en carreras de embolsados, de cuchara con huevo, o los populares
Concursos de Barriletes que había que construir de caña y papel y después
hacerlos volar…
En el 75° Aniversario de la Escuela
N° 8, la ex Directora Doris Yaconis declaró, refiriéndose tanto al “Club 4 A”
como al Club “Hogar Rural”, que la Escuela era un centro donde se irradiaba
cultura, donde se aprendía a cocinar, decorar, criar pollos para transformarlos
en doble pechuga, podar árboles, hacer injertos de plantas y flores, corte
confección o labores.
En ese momento, la educación y los
objetivos políticos tenían la mira hacia el campo, hacia lo rural. Todos los
años se hacían encuentros donde el tema era inminentemente agrícola ganadero; investigaciones
sobre los cereales y las razas animales, características de la tierra, riego, cosechas,
cultivos, desarrollando los alumnos ponencias sobre la cría de cerdos, ovejas o
las características de cada uno de los cereales.
EL ESTUDIO DE LOS CEREALES Y LAS RAZAS
ANIMALES
A cada Escuela se le asignaba un
cereal y una raza animal sobre la que debía investigar y exponer. Entre las
escuelas, se competía para ver quién era el que se presentaba mejor siendo
generalmente los más destacados y preparados, los alumnos de la Escuela de
Cirio, de “Los Mellizos” con los maestros Otonello. No había que confundir
Shorton, Aberdeen Angus, Holando o Hereford, tampoco las razas ovinas y menos a
los cereales.
En el Registro de Inspección de la
Escuela N°8 consta que en abril del ’63 ya el INTA había establecido en ese
lugar el “Hogar Rural” y el “Club de las 4 A”. En ese momento las docentes eran
Doris Yaconis de Solé y Marta Limongelli; la Inspectora: Celina Sivitto de
López.
El 20 de septiembre del ese año, la
misma inspectora escribía en el Folio 19 bis que la Asociación INTA realizaba
en la Escuela 8 y en la comunidad circundante una obra realmente admirable ya
que había formado la Comisión del Hogar y organizado el “Club de las 4 A”. La
Inspectora describe maravillada la eficacia de su acción destacando la
enseñanza de labores diversas a un grupo de señoras que pasaban a la vez
momentos amables de sociedad mientras que el asesor Juan Carlos Escande conversaba
con los varones sobre temas relativos al campo.
LA INTEGRACIÓN DE LAS DOS COLONIAS
En
todos los aspectos de la labor realizada como funciones de cine, charlas sobre
temas prácticos, torneos interescolares de fútbol, competencias de juegos de
destreza, actuación de peñas folklóricas integradas por ex alumnos bajo la
dirección de la escuela o actos patrióticos, se contaba con una amplia y total
participación de la comunidad.
A fin
de estimular y desarrollar el espíritu de comunitario se realizaban encuestas,
visitas a los hogares y reuniones cinematográficas con películas de carácter
documental, instructivas y cómicas, trabajo conjunto de la Escuela N° 15 y su Directora
Amanda Norma Pellisero.
LOS VIAJES A LA ESTACIÓN DE INTA DE
BALCARCE
En
febrero de 1968 se realizó un campamento mixto de 16 días de duración en
Miramar en el que participó la directora de la escuela y algunos padres de los
campamentistas. Josefa Capra recuerda con nostalgia esos viajes con el INTA a
San Pedro y a la estación Experimental de Balcarce, donde veía “maravillas”, se
encontraban con gente de otras Colonias e intercambiaban saberes finalizando
los encuentros con grandes asados de camaradería.
Cristina Sturla hizo un trabajo
extraordinario en la Escuela N° 8: enseñaba a cocinar, a despostar pollos para
hacerlos rellenos… Cada semana llevaban junto con ellos, en un Jeep celeste con
el logo de INTA al lado de una bandera argentina, a alguna persona especialista
en algo para enseñar a los vecinos. Un día se hacían baños de repostería; otro,
tortas comunes. Todo se preparaba primero en la Escuela y después se cocinaba
en la cocina de la casa de la maestra Doris Yaconis, ahí mismo en la Escuela.
LOS RECUERDOS DE LAS MAMÁS DE LA COLONIA
Magdalena Pérez de Zappacosta
contaba de los talleres donde hacían flores de migas de pan mojadas en leche y
de esa vez que habían dejado las flores para secar en los alféizares de las
ventanas de la Escuela y los pajaritos se robaron todo. También había
costureras para enseñar a hacer cuellos y mangas de camisa que practicaban en
la máquina Singer de Doris Yaconis. Las costureras maestras que iban con Cristina
Sturla se dedicaban a enseñar cada día una cosa diferente, un detalle
específico: Por ej.: cuellos de camisa, fruncir una tela, a sacar hilos para
cortar, lugares de donde salieron grandes costureras como las hermanas Restagno.
Los capacitadores eran de oficios diferentes; una vez “Tina” como le decían
familiarmente, llevó una planchadora y ese día sólo se plancharon camisas.
En otra oportunidad fue la mamá de Mary
Ramos de Bautista, la esposa del zapatero; otra vez, aprendieron a hacer flores
de papel, o en la cocina hacían milanesas de pechuga…
Los vecinos iban de las 4 a las 6 de
la tarde, casi todos a caballo o en sulky a un taller semanal diferente con
autorización de la Inspectora y del Consejo Escolar. Los chicos grandes se iban
a las casas y los más chicos se quedaban en la Escuela hasta que las mamás
terminaban siendo más de veinte los sulkys que rodeaban la Escuela N°8.
DESAPARICIÓN DE LOS PROGRAMAS DEL INTA
Por distintos motivos estos
programas desaparecieron, entre ellos por la migración de la población rural a
los pueblos y el cierre de muchas escuelas rurales. Éste no fue el caso de las
escuelas N° 15 y 8 de las dos Colonias alvearenses, pero la Matrícula fue
disminuyendo considerablemente, así como las limitaciones presupuestarias de
los Gobiernos que provocaron finalmente la desactivación del INTA en General
Alvear.
El INTA fue el centro de un gran
movimiento social y cultural donde intervinieron las Escuelas y las Colonias en
un momento que fue único en General Alvear. Días y años de colonos y
experiencias compartidas.
Esos momentos brillantes y de tantos
proyectos que de solo pensarlos, sorprenden.
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Audiovisual con el grupo de las "Cuatro A" con la presentación del asesor Juan Carlos Escande. |
- Agradecimientos:
Nota basada en los recuerdos y anécdotas de Magdalena Pérez de Zappacosta, la Negra Josefa Capra y su familia, Licha e Isolina Restagno, Tina Sturla de Chiurazzi, familiares de Juan Carlos Escande, Rodolfo Solé, Amanda Pellisero, Doris Yaconis de Solé y los Registros de Inspección de las Escuelas N° 8 y 15.
Nota basada en los recuerdos y anécdotas de Magdalena Pérez de Zappacosta, la Negra Josefa Capra y su familia, Licha e Isolina Restagno, Tina Sturla de Chiurazzi, familiares de Juan Carlos Escande, Rodolfo Solé, Amanda Pellisero, Doris Yaconis de Solé y los Registros de Inspección de las Escuelas N° 8 y 15.